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En Astrología Esotérica se nos revela que Virgo es el signo más significativo del Zodíaco porque su simbología concierne a la meta del proceso evolutivo, que consiste en proteger nutrir y por último revelar la realidad espiritual oculta, siempre velada en cada forma, pero la humanidad está equipada y dotada para ser tangible y objetiva la Manifestación Divina. Géminis y Virgo están estrechamente relacionados pero Géminis presenta los pares de opuestos alma y cuerpo, como dos entidades separadas, mientras que en Virgo están fusionadas, siendo de grande y suprema importancia una para la otra. La madre protege al germen de la Vida Crística, la materia ampara, cobija y nutre al Alma oculta.
En Virgo empieza a concretarse la finalidad para la cual existe la vida de las formas. A esta finalidad se la llama místicamente “...Cristo en ti, Esperanza es de Gloria”. Cristo simboliza el Espíritu de Universalidad y Sacrificio. El Principio que une lo ínfimo con lo supremo en todos los aspectos de la vida y expresa el impulso de servir y la voluntad de sacrificarse. La energía de Virgo trabaja para manifestar este Principio.
Desde algunos aspectos, Virgo es el más antiguo de los signos zodiacales. A través de los siglos, ya sea Lilith o Isis, Eva o la Virgen María, todas retratan a la Madre del Mundo, pero es María quién finalmente sostiene al Niño en sus brazos. Y es en este signo que el conocimiento de Cristo es concebido y nutrido a través del período de gestación, hasta que finalmente en Piscis, el signo opuesto, nace El Salvador del Mundo.
Como en Leo, ésta es una experiencia de cueva “en el seno del tiempo” y deberá estar caracterizada por el calor, la quietud, las experiencias profundas y las “lentas pero poderosas crisis”.
En Leo vemos el desenvolvimiento de esa entidad y personalidad autoconciente que en Virgo llega a ser la Madre del Cristo-Niño.
Y es en tres etapas que se lleva a cabo la formación y maduración de este Principio.
Primero está Eva, símbolo de la naturaleza mental y de la mente del hombre seducida por la atracción del conocimiento, que lo obtendrá a través de la experiencia por medio de la encarnación. Por eso Eva aceptó la manzana del conocimiento que le ofreció la serpiente de la materia, y se inició la larga empresa humana de experimento y experiencia, que comenzó desde el aspecto mental en nuestra época Aria. Isis representa esta misma expresión en el plano emocional o astral. Eva no tiene un niño en sus brazos, el germen de la Vida Crística es todavía pequeño para hacer sentir su presencia pero en Isis se alcanza el punto medio, y es María quién lleva el proceso al plano o lugar de encarnación, y allí da a luz al Cristo-Niño.
En estas tres Vírgenes y Madres del Cristo tenemos la historia de la formación y función de los tres aspectos de la personalidad mediante los cuales El Cristo debe expresarse. El signo Virgo representa una síntesis de los tres aspectos femeninos: Eva, Isis y María, y es la Virgen Madre que proporciona lo necesario para la expresión mental, emocional y física de la oculta pero siempre presente Divinidad.
En un Sistema Solar anterior, Virgo canalizó al Tercer Rayo de Inteligencia Creadora. Ella defendió, alimentó y reveló el Principio Inteligente de la materia.
Así como en nuestro Sistema Solar, La Madre Divina ampara, alimenta y revela a la Divinidad dentro de la forma hasta que llegue a su culminación la finalidad del Segundo Rayo de Amor-Sabiduría.
En el próximo Sistema Solar La Madre manifestará la Energía de Primer Rayo de Voluntad-Poder.
A través de estos tres Sistemas Ella revelará a su tiempo El Propósito que existe detrás de nuestro Universo Manifestado. Ella dará a Luz El Principio que será el fruto de estos Tres Sistemas: Un Principio, que manifestará en el Cosmos, Una Evolución Superior. Así La Madre Divina, será La Madre, El Hijo y El Padre. Esta será la consumación de Los Tres Logos en Uno.
En Virgo se empieza a comprender el Propósito por el cual existe la vida de la forma; el deseo por la satisfacción personal comienza a cambiar y el deseo del hombre por reconocer al Cristo que mora internamente asume un creciente control, hasta que la realidad espiritual interna es liberada de la esclavitud de la materia y se expresa en el mundo en su propia naturaleza. Exponiendo el mismo pensamiento en otros términos, se nos revela que La Luz del Conocimiento, del cual Tauro es el custodio, cede su lugar a La Luz de la Sabiduría, de la cual Virgo es el guardián, sometiéndose finalmente a La Luz de la Iniciación en Capricornio. Sin embargo, todo esto acontece y debe acontecer en lo que Esotéricamente se denomina "la superficie radiante de la Tierra", el plano de la forma; la Ascensión o Glorificación de la Virgen (la materia), aún no ha tenido lugar y la elevación de la sustancia todavía no se ha realizado. Es interesante observar que en Escorpio se establece la inevitabilidad de esta Ascensión final de la materia al cielo en Capricornio; esto está previsto en la historia de Hércules en Escorpio cuando levanta en vilo a la Hidra por encima de su cabeza.
Virgo simboliza profundidad, oscuridad, calma y calor, es el valle de la experiencia profunda donde los secretos son descubiertos y oportunamente “traídos a la luz”; es el lugar de la lenta y suave aunque poderosa crisis y periódicos desarrollos que tienen lugar en la oscuridad aunque conducen a la luz.
Virgo representa “la matriz del tiempo” donde el Plan de Dios (el Misterio y el Secreto de las Edades) madura lentamente, y con dolor y malestar, por medio de la lucha y el conflicto, es llevado a la manifestación al finalizar el tiempo señalado.
Recordemos nuevamente que el desarrollo, formación y maduración del Principio Crístico se lleva a cabo en tres etapas, por medio de los tres vehículos de expresión de la personalidad.
En el plano mental, por medio de la concentración, meditación, contemplación o visualización; en el plano emocional, transformando el deseo en aspiración, en el plano físico se desarrolla a través de actos motivados por la voluntad de servir.
Es sublime descubrir que sea Virgo la que da a Luz a Cristo. Ella no Le obtiene de otras fuentes; Él está dentro de la Virgen; Cristo está presente en Ella Eternamente.
Virgo es símbolo de la materia, que es el polo contrario del Espíritu. La materia da forma a la creadora voluntad del Espíritu para expresarse a través de ella. Sólo El Hijo, El Cristo, en quién están consustanciados El Padre y La Madre, puede Revelar La Belleza del Espíritu. Él es el Eslabón, el Puente, el Antakarana Divino, que une Espíritu y Materia.
Así, la constelación de Virgo se convierte en un campo energético en el espacio que impulsa al Sistema Solar, al Planeta y a cada ser humano, para que cumplan la Meta de la Evolución.
Este Principio Divino, que se planta en cada forma manifestada, es La Simiente de Vida, Amor y Poder, que atraviesa en todos los siglos un proceso de evolución, desarrollo y florecimiento, y la Energía de Virgo es la que la pone en manifestación, no sólo expresa la Revelación de Esa Divinidad Interior sino también todo lo bello, lo bueno y verdadero.
Asimismo alimenta el Plan de cada Alma; nuestra Alma tiene un plan, una belleza que llegará a manifestarse, y obtiene su alimento de la Energía de Virgo, por eso se nos revela que Virgo sirve a la Materia y al Espíritu. El Espíritu se apropia de la materia y la materia pugna por manifestar el Poder, la Belleza y la Gracia del Espíritu, y cuando se unifican en máxima armonía se crea Belleza.
La Madre en el Espacio es el mecanismo Cósmico de transmutación a través del cual la sustancia de la Luz se transforma en la sustancia del Amor y la Llama de la vida se nutre con la sustancia del Amor. La Luz se convierte en Amor a través del poder alquímico de La Madre.
La Madre da a Luz al niño y desaparece, La Luz se funde con El Amor y El Amor con La Voluntad, los tres son Uno y sólo Existe La Suprema Vida.
Cuando nos esforzamos por vivir con pureza y rectitud estamos en realidad trabajando con fuerzas, subyugando energías para nuestras necesidades, subordinando las vidas elementales a los requisitos de la existencia espiritual y poniendo en actividad un mecanismo y estructura vital que sólo había permanecido en estado latente y pasivo.
Cuando las energías del plexo solar, hasta ahora expresión de la potente naturaleza de deseos, son transmutadas y reorientadas y después conducidas al centro cardíaco, se obtiene como resultado la comprensión de la conciencia, el amor y el propósito grupal que hacen del aspirante un servidor de la humanidad.
Cuando las energías del centro sacro, enfocadas en el trabajo de creación y generación física y, por lo tanto, origen del interés y de la vida sexual, son sublimadas, reorientadas y ascendidas al centro laríngeo, el discípulo se convierte entonces en una fuerza conciente y creadora en los mundos superiores; traspasa el velo y empieza a crear el canon de las cosas que oportunamente traerán el Nuevo Cielo y la Nueva Tierra. Entonces la personalidad, el aspecto materia, alcanza su apoteosis, y la Virgen María, en el sentido individual, analogía finita de una Realidad Infinita, es “Conducida al Cielo” para sentarse allí, en el Trono entre las cejas, al lado de su Hijo, El Cristo, El Alma. De este modo el discípulo descubre que el sexo es en realidad solo la relación de la naturaleza inferior con El Yo Superior; luego es elevado a la luz del día a fin de que el ser pueda alcanzar la completa unión con la Divinidad.
El sexo sólo es el símbolo de una dualidad interna que debe ser trascendida y llevada a la unidad. No se trasciende por medios o rituales físicos sino que es una trascendencia en la conciencia.
Esto es lo que debía haber realizado Hércules en su sexto trabajo en Virgo; no comprendió el origen de la prueba, debía elevar la materia al Cielo y no tomar por la fuerza el cinturón que llevaba Hipólita, La Reina de las Amazonas. Este cinturón era un símbolo de unidad lograda a través de la lucha y el conflicto, un símbolo de Maternidad y del Niño Sagrado, hacia quién toda vida humana realmente vuelve.
El trabajo consistía en redimir a la Reina de las Amazonas, y no matar a la naturaleza forma sino unificar sus dos aspectos Divinos, Materia y Espíritu, y llevarlos a una perfecta expresión.
En profunda reflexión, llevando el cinturón sobre su pecho, Hércules escuchó la voz de Su Maestro que le dijo: “... Hijo mío, ¿Por qué matar lo que se necesita, está cercano y es querido? ¿Por qué matar a la Madre del Sagrado Niño?”.
Nada puede ser matado o reprimido, sólo debe ser transformado y trascendido para luego ser transfigurado.
Ahora continuaré con una breve síntesis extractada de “La Ciencia de los Triángulos”, en la que se nos revela la influencia que tienen ciertos Triángulos en el proceso evolutivo, especialmente en estos momentos de Crisis Planetaria, Jerárquica y Humana.
Existe una triple Energía Cósmica de suprema importancia en Nuestro Planeta y la influencia unida de sus tres Constelaciones, Leo – Virgo – Piscis, es la que ha su tiempo producirá La Iniciación de Nuestro Logos Planetario.
Esto respaldará toda expresión Planetaria de Su Vida Futura para que La Tierra se convierta “En un Planeta Sagrado”.
Como parte de su cuerpo de manifestación, la humanidad debería cooperar con este Divino Propósito fomentando el desarrollo en mayor escala de la autoconciencia, que genera la fuerza de Leo, que ayuda a manifestar la voluntad, el amor y la inteligencia individual.
Pero detrás de esa influencia y presionando para manifestarse se halla la fuerza de Virgo (Madre y Custodia de la Conciencia Crística), que estimula el Alma dentro de la forma, porque el genio y la excepcionalidad de Virgo acrecienta y energetiza simultáneamente dos vidas, la material y la espiritual. Es por lo tanto una poderosa energía dual que produce la acrecentada actividad del Principio Crístico en el Corazón de la Humanidad.
Uniendo este Divino Triángulo se encuentra la fuerza de Piscis, en su aspecto superior, desenvolviendo la Conciencia Grupal mediante la Energía de Budhi, el aspecto del Mediador, El Cristo, que se ofrendó en sacrificio por El Bién de la Totalidad.
Piscis se relaciona hoy excepcionalmente con las siete constelaciones productoras de las grandes crisis humanas, que son: Cáncer – Aries – Géminis – Escorpio – Capricornio – Virgo y Leo, que llevan al hombre de la etapa de la individualización al sendero del discipulado.
El constante impacto de la fuerza pisciana ha llevado finalmente a La Humanidad, el Discípulo Mundial, al portal de la Iniciación.
Durante más de dos mil años, la influencia pisciana ha estado actuando sobre el género humano, dando lugar a la demanda de un reajuste mundial, desarrollando el espíritu internacional, conduciendo a la formación de grupos en cada sector del vivir humano y erigiendo así la base para la futura Síntesis en Acuario.
La influencia de este triángulo se expresa simbólicamente en la vida del individuo autoconsciente que logra la autopercepción en Leo, la cultura en Virgo y la autoliberación final en Piscis.
Considerando estas crisis, que tienen lugar en la historia de la vida del Alma desde su primera encarnación hasta su liberación final, el Maestro Djwal Khul nos dice: “... No rehuyan estas crisis por duras y difíciles que parezcan ser, son difíciles, pero no olviden que el hábito de enfrentar las crisis ha estado largamente establecido en la conciencia de la humanidad. Una crisis se produce debido a cierto hábito mental desarrollado en el vehículo; sólo es superada con el tiempo por cierta costumbre y ritmo en el contenido espiritual de la naturaleza del hombre. El establecimiento de cierto ritmo objetivo produce una crisis; el surgimiento de un ritmo subjetivo particular permite al hombre superar la crisis y capitalizar la oportunidad.
El hombre tiene el hábito de las crisis, sólo son puntos para analizar, la fortaleza, el propósito, la pureza, el móvil y la intención del Alma. Cuando son superadas, evocan confianza y producen una amplia visión, fomentan la compasión y la comprensión, porque el dolor y el conflicto interno que han engendrado nunca se olvidan, pues extraen su fuerza de los recursos del Corazón y liberan La Luz de La Sabiduría dentro del campo del conocimiento, enriqueciéndose el mundo”.
En el signo de Virgo Mercurio está exaltado, lo que significa que manifiesta plenamente sus cualidades divinas, porque la Madre está necesariamente regida por su hijo, el Hijo de la Mente, que es también el Hijo de Dios. Ella es la protectora de este hijo y responsable de su desenvolvimiento y de la experiencia que vaya adquiriendo lentamente. Por ser Mercurio el Mensajero de los Dioses y el Agente del control que Ellos aplican es también el Agente del Tercer Aspecto (La Inteligencia Activa) desde un punto de vista, y del Segundo Aspecto (Amor – Sabiduría) desde otro. Se considera que personifica ambos aspectos del principio mental, la expresión de las Mentes concreta y abstracta de Dios.
La mente concreta inferior fue desarrollada en el Primer Sistema Solar y la mente intuitiva abstracta superior, la razón pura, está desarrollándose en el actual Sistema.
Mercurio es la Síntesis de manas-budhi, mente-sabiduría, la cual se expresa por medio del alma humana; Mercurio rige el puente o antakarana y alcanza el pleno poder en Virgo, porque Virgo es la Inteligencia y El Cristo Oculto, es Sabiduría o Razón Pura.
Cuando todos los recursos de la naturaleza forma (extraídos por el deseo) se han agotado y la Vida Crística es excesivamente fuerte y se apronta a Revelarse por la muerte de La Madre, la forma, entonces el discípulo (expresión de la vida crística en sus primitivas etapas manifestadas), que ha trasmutado el deseo en aspiración, empieza su carrera –objetivamente y con plena conciencia– en el signo de Tauro y “en alas de la aspiración” sigue hacia Virgo, y “por ser tanto la Madre como el Niño”, entra en la Casa del Parto, donde alcanza un nuevo nivel de conciencia, logrando el reconocimiento de su Esencia Crística. Desde esa casa, y a su debido tiempo, llega a Capricornio, donde finalmente subyuga a la materia, forma o expresión concreta, para Fines y Propósitos Divinos, demostrando así el triunfo y la potencia de la Vida Crística.
Recapitulando sobre el Tema de las crisis, debemos tener presente este momento de real oportunidad para el género humano para el Planeta y para el Universo mismo, porque en este tiempo de aparente caos se está produciendo una sincronización de tres crisis que en conjunto y simultáneamente traen una mayor afluencia de Energía Divina, que La Jerarquía irradia equilibradamente, atenuando la peligrosidad que la potencia de Primer Rayo de Voluntad-Poder puede generar y que la humanidad en su conjunto no puede manejar apropiadamente sin la ayuda que nos brindan Los Grandes Seres, para evitar las acciones destructivas como aconteció con La Raza Atlante.
Estas tres crisis que citamos son: la de La Jerarquía en su esfuerzo de acercamiento a Shamballa y análogamente la de La Humanidad, cuando trata de acercarse a La Jerarquía, para un contacto más libre y directo con Ella.
En consecuencia, hay dos crisis interrelacionadas, que afectan a La Humanidad y a La Jerarquía, que deben producir, si se efectúa correctamente el alineamiento o integración, una libre afluencia de Energía Divina.
En cuanto a la tercera crisis se nos revela que actualmente, El Ángel Solar, se acerca a una época de crisis y reorientación que lo llevará por segunda vez a fecundar en el ser humano las potencialidades latentes de Amor y Vida, para que pueda trascender las limitaciones de la personalidad, pasando a formar parte del Quinto Reino, El Del Espíritu. Tal es el móvil Del Plan para cumplir el Propósito de Dios.
Para este esfuerzo se prepara el Alma reorientando sus fuerzas, para un nuevo y poderoso impulso que conferirá a La Humanidad el poder expresar Esa Energía Espiritual que llamamos Amor-Sabiduría y que será la recompensa prometida a los triunfantes Ángeles Solares, y la apreciada meta de su permanente trabajo de meditación.
Los Hijos de Dios, en plena encarnación, lograrán la victoria sobre la densidad de la materia y traerán Luz y por lo tanto Vida. Ésta es la “... Vida mas abundante” de la que nos hablara El Cristo y que es la finalidad de Virgo manifestando El Principio Crístico, que deberá regir El Corazón de La Humanidad para ser Salvada.
La Virgen misma proclama La Nota Superior de Virgo para que aquello que fue presentido sea ahora revelado plenamente: “Yo Soy La Madre y El Hijo, Yo Soy La Materia, Yo Soy Dios”
Y El Maestro nos sugiere: “... Cavilen sobre la belleza de esta síntesis y enseñanza y sepan que ustedes mismos han dicho la primera palabra como Alma al descender a la matriz del tiempo y el espacio, en un lejano y distante pasado. Ha llegado el momento en que pueden, si así lo desean, proclamar su identificación con ambos Aspectos Divinos: Materia y Espíritu, La Madre y El Cristo”.
OM, OM, OM.
Fundación Lucis
David Castro
Bibliografía Consultada:
Los Trabajos de Hércules, de Alice A. Bailey.
Astrología Esotérica – Tomo III. De Alice A. Bailey.
Tratado sobre Magia Blanca, de Alice A. Bailey.
Sinfonía del Zodíaco, de Torkom Saraydarian.